jueves, 24 de diciembre de 2015

Ser diferentes pero siendo auténticos




En ocasiones, es mejor que nos critiquen por ser diferentes a que nos comparen por habernos vuelto igual que los demás, igual a esos que un día nos rechazaron o despreciaron.



En la vida nos encontramos con muchas situaciones semejantes a la representada en este corto. La llegada de un “extraño” revoluciona a la comunidad, a esa clase de alumnos de secundaria, a ese bloque de vecinos o a ese pueblo de provincia.
Nuestros quince pajaritos azules descubren con alarma la llegada de ese pájaro grande y estrafalario. Lejos de integrarlo, lejos de responder a su amable saludo, inician un ensordecedor cuchicheo como pequeñas urracas conspirativas con sus ojos amenazantes.
  • Ser diferente se ve a menudo como una amenaza porque supone en ocasiones tener que cuestionar nuestro propio modo de vida, aquello que está bajo control y nos ofrece seguridad.
  • Ser parte de un grupo y cuidar de esas semejanzas comunes, es una aspiración para aquellos que están faltos de autoestima e identidad propia. Si adopto la del grupo y me dejo llevar me sentiré siempre seguro.
  • Ser diferente no es un problema, en realidad el problema lo tienen los demás por negarse a aceptar otras perspectivas, y a enriquecerse de lo que no es igual a uno mismo.
  • El ser diferente debería darnos la oportunidad de disfrutar siendo auténticos y únicos. Algo de lo que no muchas personas pueden enorgullecerse.
for-the-birds
Hay un aspecto maravilloso en el corto de “For the birds”: la actitud de nuestro protagonista, el modo en que el pájaro extraño y estrafalario hace frente a este grupo de pájaros revoltosos que con tanto recelo ven su presencia en el tendido eléctrico.
Su sonrisa no se pierde en ningún instante, es su carta de presentación, su fuerza y su encanto. Esa sonrisa amable se vuelve a instantes en curiosa y también piadosa, porque ante un grupo de criaturas negativas y antipáticas, la única fuerza que vale es sin duda la bondad y la amabilidad.
No se da por vencido. No le importa que ninguno de esos pajarillos le devuelva el saludo, no le importa tampoco que no le hagan un hueco en el cable del tenido. Nuestro protagonista persiste y resiste, y aún más, lejos de ir poco a poco para romper el hielo, decide acomodarse justo en el centro de todos ellos.
Este acto atrevido despierta todo un sinfín de críticas, de cuchicheos, de aleteos molestos y adorables gestos que nos sacarán mil sonrisas y sonoras carcajadas. El desenlace, es uno de los más épicos de Pixar, de ahí que en el 2001 se le concediera un Oscar al mejor corto de animación, junto con un premio Annie y otra mención en el Festival de Sitges.
En ocasiones, nuestro empeño por ser todos y iguales y semejantes, nos puede dejar en la “desnudez· de nuestras propias carencias. Algo que no ocurre con las personas auténticas donde ser diferente, es ser especial. “For the birds”, es una metáfora de esto mismo.
Fuente: La mente es maravillosa