viernes, 28 de agosto de 2015

La comunicación social adecuada:la asertividad

 ¿Qué es la asertividad?

Hay quien considera que asertividad y habilidades sociales son términos sinónimos. Sin embargo, vamos a considerar que la asertividad es solo una parte de las habilidades sociales, aquella que reune las conductas y pensamientos que nos permiten defender los derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido.
Pongamos un ejemplo: Usted se sienta en un restaurante a cenar. Cuando el camarero le trae lo que ha pedido, se da cuenta de que la copa está sucia, con marcas de pintura de labios de otra persona. Usted podría:
  1. No decir nada y usar la copa sucia aunque a disgusto.
  2. Armar un gran escándalo en el local y decir al camarero que nunca volverá a ir a ese establecimiento.
  3. Llamar al camarero y pedirle que por favor le cambie la copa.
Este ejemplo ilustra los tres punto principales del continuo de asertividad:
 
Estilo pasivo    Estilo asertivo   Estilo agresivo
    Ni a) ni b) sean conductas apropiadas en esa situación si lo que pretendemos es reducir nuestro estrés.
Estas formas de comportarnos nos hace a veces ineficaces para la vida social, generandonos malestar. Sin embargo, como cualquier otra conducta, es algo que se puede ir aprendiendo con la práctica.
Una de las razones por la cual la gente es poco asertiva, es debido a que piensan que no tienen derecho a sus creencias, derechos u opiniones. En este sentido, el entrenamiento asertivo no consiste en convertir personas sumisas en quejicas y acusadoras, sino a enseñar que la gente tiene derecho a defender sus derechos ante situaciones que a todas luces son injustas. Expongamos aqui una serie de ideas falsas y el derecho de la persona que es violado:
  • No hay que interrumpir nunca a la gente. Interrumpir es de mala educación.
    - Usted tiene derecho a interrumpir a su interlocutor para pedir una explicación.
  • Los problemas de uno no le interesan a nadie más y no hay que hacerles perder el tiempo escuchandolos.
    - Usted tiene derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
  • Hay que adaptarse a los demás, si no es posible arriegarnos a perder una amistad.
    - Usted tiene derecho a decir "NO".
  • Cuando alguien tiene un problema hay que ayudarle.
    - Usted tiene el derecho de decidir cuando prestar ayuda a los demás y cuando no.
 Los casos en los cuales no es aconsejable defender nuestros derechos en ese preciso momento son aquellos en los cuales corremos peligro de agresión física o violemos la legalidad (ej. "Skin-heads" que nos insultan por la calle o superior que nos arresta en el ejercito). Recuerde: para todo hay un momento, y saber encontrar el momento adecuado para decir las cosas es también una habilidad.
Hay muchas técnicas para ser asertivos. Una de las técnicas que mejor funcionan es desarmar antes al otro con un cumplido o un reconocimiento de su labor, de su persona o de su tarea, para después pasar a expresar lo que necesitamos.
Vamos a ver un ejemplo ilustrativo de lo que queremos decir:
  • Mujer: "Paco, ¿podrías ir a recoger a los niños al colegio?, tengo aun que preparar la lección para mañana y creo no medará tiempo."
  • Marido: "Los siento María, pero acabo de volver del trabajo y estoy muy cansado, ve tu."
  • Mujer: "Se que estás muy cansado, normal porque te esfuerzas mucho en tu trabajo. Tu jefe debería de darse cuenta de eso y no cargarte con tantas tareas. Pero te pido el favor de que recojas los niños, ya que tengo que hacer este trabajo para mañana. Luego podremos descansar."
En este ultimo ejemplo se defienden los propios derechos (derecho a pedir ayuda y a expresar las opiniones) sin vulnerar los derechos del otro, puesto que no hay ningún tipo de orden, menosprecio o agresividad hacia la otra persona. Ser sertivo es expresar nuestros puntos de vista respetando el de los demás.
RECUERDE: Ser asertivo no significa querer llevar siempre la razón, sino expresar nuestras opiniones y puntos de vista, sean estos correctos o no. Todos tenemos también derecho a EQUIVOCARNOS.

Fuente: Psico on-line

jueves, 27 de agosto de 2015

LA MANIPULACIÓN


La manipulación es un fenómeno que, de una forma u otra, a todos nos ha tocado muy de cerca. Es justo reconocer que quizás en algún momento hemos asumido el rol de manipuladores, incluso sin ser plenamente conscientes de ello. Aunque también hay ocasiones en las que hemos sido manipulados.

Y es que podemos conocer a la perfección la psicoanatomía de un manipulador pero si no tenemos las herramientas adecuadas para hacerle frente, es probable que terminemos enredados en su tela de araña.

Por eso, os resumo cinco estrategias que no solo os permitirán plantarle cara a una persona manipuladora sino que también contribuirán a vuestro crecimiento personal y a mantener el equilibrio psicológico.


1. Expresa lo que te desagrada y explica cómo te sientes

Una de las técnicas de manipulación más recurrentes se centra en la crítica al otro. Cuando criticamos los comportamientos, actitudes, decisiones o capacidades de una persona, usualmente esta se siente menos segura y es más propensa a cumplir con las exigencias del manipulador. En otros casos, la persona adopta una actitud defensiva, casi agresiva, dirigida a contrarrestar los argumentos que le molestan. En el primer caso la manipulación se realiza manejando nuestra autoconfianza, en el segundo caso a partir del control de nuestras emociones. De una forma u otra, quedamos a merced del manipulador.

¿Qué hacer?

Expresar nuestras ideas de forma sencilla y clara. Es imprescindible que la otra persona se de cuenta de que no puede afectar nuestro juicio o capacidad reflexiva manipulando nuestra autoconfianza o emociones. Rebatir agresivamente los argumentos del otro, que muchas veces ni siquiera tienen un basamento sólido, solo nos conduce a avivar una discusión inútil donde no hay posibilidad de entendimiento.

Debemos tener siempre presente que nuestro objetivo no es simplemente "no dejarnos manipular a como de lugar" sino modificar la situación. ¿Por qué este objetivo? Porque es probable que la persona que nos intenta manipular sea significativa para nosotros y, por consiguiente, estamos interesados en llegar a un acuerdo ventajoso, ya sea para mantener buenas relaciones interpersonales o para desarrollar alguna actividad conjunta. Por tanto, es esencial que nuestro mensaje no solo sea comprensible sino que además sea recibido con la menor resistencia posible por parte de nuestro interlocutor.

Recordemos además que expresar cómo nos sentimos en relación con algo o alguien es una técnica altamente efectiva, siempre que se realice de manera correcta y en el respeto al otro. Cuando nuestro interlocutor nos escucha hablar sobre nuestros estados de ánimo tiene la percepción de que la comunicación fluye, que es abierta y sincera. Además, de esta forma le "obligamos" a ponerse en nuestro lugar, a ser empático con lo que experimentamos y, con un poco de suerte, reflexionará sobre los efectos de su comportamiento manipulador.

2. Exprésate en primera persona

En muchas ocasiones el manipulador lleva la conversación a terreno de nadie, realiza críticas sin personalizar, desde una posición no comprometida; dejando siempre una puerta abierta para escapar en el caso de que alguien le pregunte a quién se refiere.

La mejor defensa contra esta estrategia comunicativa es personalizar, personalizar, personalizar... hablar siempre en primera persona y pedir aclaraciones. Un ejemplo podría ser: "yo siento que te estás refiriendo a... ¿es así?". "Obligar" al manipulador a que asuma la responsabilidad por sus criterios usualmente lo desarma y pone fin a su estrategia.

3. Delimita responsabilidades y asume errores

Otra de las técnicas manipuladoras por excelencia consiste en estimular elsentimiento de culpa en la persona, hacerla sentir responsable por todo, por lo que sucedió, lo que sucede e incluso por lo que podría suceder.

Es cierto que en algunos casos tenemos cierta responsabilidad pero nuestra cuota de "culpa" no puede extenderse al infinito. Una estrategia muy eficaz es delimitar nuestras responsabilidades e incluso reconocer nuestros errores. Tenemos derecho a equivocarnos pero nadie tiene derecho a aprovecharse de nosotros o a lacerar nuestra autoimagen porque cometimos un error.

Reconocer nuestras dificultades y la cuota de responsabilidad que nos atañe indica que somos personas maduras, responsables de nuestros actos y por ende, poco manipulables.

No obstante, aún queda una cuestión: ¿cómo poner en práctica los tres puntos anteriores?

4. Exprésate con firmeza, serenidad y confianza

Ya se ha hecho referencia a que una de las armas preferidas del manipulador consiste en jugar con las emociones ajenas. Por eso es imprescindible establecer un diálogo desde una postura confiada, serena y firme.

Debemos tener en cuenta que a la persona manipuladora no le interesa iniciar un debate fructífero sino solamente conseguir su propósito, por eso, si le brindamos argumentos lógicos que contradigan sus ideas, probablemente retomará nuestras opiniones y las replanteará para sacarles un beneficio. No debemos olvidar que hasta la mejor idea se puede apreciar desde diferentes perspectivas y el manipulador es muy habilidoso para encontrarle las cuatro patas al gato.

Entonces... ¿qué hacer?

Reconoce que sus ideas son válidas, no las critiques, incluso súmate a ellas con la frase: "comprendo sus puntos de vista y los respeto; no obstante creo que..." o quizás: "su perspectiva es adecuada; aún así, existe la posibilidad de que..." De esta manera se sienta una pauta en la conversación muy importante: el respeto a las opiniones del otro. Así, al brindarle valor a sus ideas, le conferimos valor a las nuestras.

Además, los expertos en programación neurolinguistica aconsejan cambiar el molesto: "pero..." por frases como "no obstante" o "aún así" pues estas resultan menos antagónicas y son mejor recibidas.

Esta estrategia no es una varita mágica pero nos ayudará a controlar nuestras emociones y a brindar una imagen serena.

5. Siéntete libre para negarte

Si tenemos fundamentos sólidos y suficientes en contra de la idea que nos están proponiendo, entonces... negarse no es un pecado. Eso sí, es importante que no nos perdamos en excusas banales o explicaciones auto inculpantes. Expresar nuestro desacuerdo es un derecho que nos permite marcar nuestros límites y evidenciar los mismos ante las personas que nos rodean.

Aceptar las demandas externas para evitar una discusión muchas veces implica renunciar a una parte de nuestra individualidad y ceder ante la manipulación. Entonces basta con ser congruentes y decir: "No", todas las veces que sea necesario.

Decidirnos a combatir la manipulación no es un camino sencillo y de seguro hallaremos muchos obstáculos. Muchas veces implica separarse de las posiciones cómodas que hemos ido asumiendo a lo largo de nuestra vida, ya sea a en el área laboral o familiar, pero sin lugar a dudas nos permitirá ser más congruentes con nosotros mismos y nos facilitará una vía para lograr el equilibrio emocional.

jueves, 13 de agosto de 2015

LOS NIÑOS APRENDEN LO QUE VIVEN

Los niños aprenden lo que viven

Si un niño vive criticado, aprende a condenar 
Si un niño es respetado, aprende a respetar 
Si un niño vive con tolerancia, aprende a ser tolerante 
Si un niño vive con estimulo, aprende a confiar
Si un niño vive apreciado, aprende a apreciar
Si un niño vive con seguridad, aprende a tener fe
Si un niño vive con aprobación, aprende a quererse
Si un niño vive con equidad, aprende a ser justo
Si un niño vive avergonzado, aprende a sentirse culpable
Si un niño vive con hostilidad, aprende a pelear
Si un niño vive con aceptación y amistad, aprende a hallar amor en el mundo 



miércoles, 12 de agosto de 2015

No te sabotees a ti mismo /a ( Posponer algo fácil lo convierte en difícil,algo difícil,en imposible)

Saboteándome...

Saboteándome…


Quién no ha escuchado alguna vez el refrán “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.Este refrán suelen utilizarlo con frecuencia las madres, cuando de pequeños evitamos realizar algunas tareas; pero al crecer, y sin darnos cuenta, a veces resulta que se ha vuelto un habito posponer nuestros compromisos, llamadas, trabajo, pagos, encomiendas, decisiones, oportunidades, incluso nosotros mismos. A este comportamiento se le llama procrastinación, palabra proveniente del latín que significa postergar, posponer; pero … ¿Sabemos realmente por qué procrastinamos?

Posponer es sinónimo de prorrogar, pero prorrogar ¿para qué?

Los seres humanos posponemos para evitar el estrés, la responsabilidad, el dolor, la soledad, la realidad, el amor, el desamor, etc… tratando según nosotros, que mañana sea más fácil, sin darnos cuenta que como cita George Lorimer“Posponer algo fácil lo convierte en difícil, y postergar algo difícil lo convierte en imposible”.
Excusas como: descanso un minuto y después sigo, sólo tomo un vaso con agua, ya es tarde y estoy cansado (a), no tengo ganas, hoy no me quiero enojar, estoy muy estresado(a), hora de mi programa favorito, mejor voy al médico mañana, etcétera, etcétera… ¿Las has usado alguna vez? Lo más probable es que todas o cualquiera de estas excusas disculpen nuestros fracasos, indecisiones, miedos, ansiedades y muchas veces falta de motivación.
Por ejemplo, cuantas veces te sientes indispuesto y dejas de visitar al médico aludiendo tu falta de tiempo, sin darte cuenta que postergar esa cita puede ser clave para tu salud, o cuando en el trabajo te dan una tarea que no te agrada y la dejas paradespués, pero al final llega el momento de la entrega y se vuelve difícil de resolver o a lo mejor ya no te da tiempo de hacerlo, y al final el fracaso es todo tuyo, pudiendo haberlo evitado. Y cuando te encuentras envuelto en una relación en la que predomina la dinámica de ganar-perder, en donde tu pierdes, pero no te alejas por miedo a quedarte sola(o)…
Al postergar o dejar para mañana, te estás saboteando tu misma/o con pensamientos, sentimientos y actitudes negativas que a la larga bajan tu autoestima, generándote inseguridad, ansiedad, co-dependencia, estrés, miedos y algunos otros trastornos.

¿Cómo podemos romper con el hábito de posponer o procrastinar?

Para hacerlo, es bueno analizar conscientemente por qué lo hacemos.
I. Si es por falta de tiempo, será necesario que te organices llevando una agenda para calendarizar las tareas y no postergar ninguna. Con esto estarás menos sobre cardado(a), evitando sentirte estresado(a), ansioso(a) y además aprovecharás mejor tu tiempo y no tendrás que negociar entre tu programa favorito, un vaso con agua y tus responsabilidades.
II. ¿Miedo? ¿A qué le temes?
• ¿Al fracaso? Recuerda que el que no arriesga no gana; toma en cuenta que el fracaso es un aprendizaje,
• ¿A la soledad? Los seres humanos son sociables por naturaleza esta en ti y solo en ti sentirte solo (a),
• ¿A la crítica? La crítica te ayudará a encontrar muchas veces tus debilidades y por ende a convertirlas en fortalezas, al analizar los miedos que te hacen procrastinar encontraras el valor suficiente para enfrentarlos y acabar con ellos.
Es importante que te pongas objetivos claros a corto y mediano plazo, realiza un mapa que te indique los pasos a seguir para llegar a la meta, recuerda que si tu cambias tu manera de pensar también cambiarás tu manera de actuar.



Por: Sheny Herrarte

lunes, 10 de agosto de 2015

Luchas de poder en las relaciones de pareja

Asociamos la palabra poder a la codicia y el sometimiento, pero en psicología el poder se define como “la capacidad de influir en la conducta del otro”. El poder nos ayuda a sobrevivir desde que nacemos. Para comprender mejor la relación poder-supervivencia, intente el lector contestar a la siguiente pregunta, pensando en una madre con su bebé: ¿Quién tiene más poder en esa relación? La respuesta habitual suele ser: la madre. Si transformamos la pregunta en: ¿Quién tiene más influencia en la conducta, emociones y reacciones del otro? Sobreviene la duda. Muchas madres se apresuran a contestar que el bebé. Cuando el bebé llora, la madre suficientemente buena (concepto de D.W. Winnicot) se desvive por atender a su retoño. A cualquier hora del día y de la noche, le dará de  comer, le cambiará el pañal, le mecerá, le arrullará, podrá a su disposición todos sus recursos para devolver a su hijo a un estado de calma.
Este ejemplo nos sirve para ver el poder y la influencia desde otro prisma. Cuando el bebé ejerce su poder/influencia para llamar la atención de sus padres y éstos acuden a satisfacer su necesidad, estamos ante un sano equilibrio de poder/influencia. El bebé necesita tener poder para sobrevivir, al mismo tiempo que necesita una madre poderosa, capaz de atender sus necesidades e influir positivamente en sus afectos. Cuando esto no sucede el desarrollo afectivo se trunca.
Ahora que sabemos algo más del poder, pensemos en el conflicto. Ésta es una palabra asociada a connotaciones negativas. Conflicto evoca violencia, ira, frustración, etc. Sin embargo, el conflicto, como el poder, está presente en nuestras vidas desde que nacemos hasta que morimos. Es el motor del cambio y del crecimiento.
Uno de los conflictos por excelencia es el denominado complejo de Edipo. La psicología se ha servido de muchos de los mitos y fábulas griegas para explicar las motivaciones y miedos humanos. El Edipo, que se ha malinterpretado de manera incestuosa por la nefasta pedagogía del psicoanálisis ortodoxo, no es sino una metáfora de uno de los hitos del desarrollo humano. Hacia los 5-6 años, el niño entiende que sus padres tienen una relación distinta a la que mantienen con él y que no por eso le quieren menos. Forma parte del proceso de individualización; descubre que es una persona única y diferente de sus padres, querible y válida.
Otro gran hito es la adolescencia, que mentalmente implica el conflicto entre ser un niño y ser un adulto y que se resuelve positivamente cuando el niño hace la transición a la vida adulta.
Por desgracia, todos podemos quedar atrapados en conflictos no resueltos y esto hará que no cambiemos ni crezcamos.
El conflicto está siempre presente en nuestras vidas y en nuestras relaciones. Cuanto más significativas son éstas para nosotros, más nos afectará. De ahí la importancia que se le concede al conflicto en las relaciones de pareja. Nos influimos mutuamente, tenemos intereses, metas y miedos distintos que tendremos que gestionar para mantener el equilibrio en la relación.
El conflicto, lejos de ser malo, nos ayuda a crecer; es un indicador de que algo en la relación no está funcionando adecuadamente y por tanto necesita ser revisado y quizás necesitemos cambiar cosas.
El problema en la gestión de conflictos en las relaciones de pareja surge cuando no gestionamos adecuadamente el poder; cuando lo confundimos con las metas.
Pongamos un ejemplo sencillo. Imaginemos que una pareja discute sobre qué van a hacer el fin de semana. Supongamos que uno de los dos quiere ir a bailar mientras que el otro quiere quedarse en casa viendo un programa de televisión. Tienen distintas motivaciones y cada uno quiere persuadir al otro para lograr su objetivo, pero en algún momento de la discusión olvidan lo que supuestamente querían (bailar/quedarse en casa) y comienzan a echarse en cara los sacrificios que cada uno hace por el otro. Pueden aparecer conductas como
el victimismo, el chantaje o las amenazas. Poco a poco, bailar o ver el programa de TV dejan de tener importancia. Lo importante es ganar, quedar por encima. En este caso, decimos que se han pasado de rivalizar por las metas a hacerlo por ostentar el poder. Seguro que esta viñeta le resulta familiar, pues es habitual: todos rivalizamos por el poder en alguna ocasión.
El problema surge cuando una pareja rivaliza constantemente por su capacidad de influencia y lo que está en juego no es lograr un objetivo, sino salirse con la suya.
Hay parejas que discuten constantemente, se enganchan por lo que aparentemente son aspectos de la vida cotidiana, pero donde subyace lo que Luis R. Guerra Cid denomina “afectopatología por rivalidad”:“Prácticamente todos los días hay una pequeña discusión o continua tirantez, que se convierte en una discusión fuerte de modo frecuente […]. Los mismos microprocesos que se producen a diario reproducen el macroproceso en el que se ha convertido la relación […]. Cada uno de los miembros guarda celosamente su derecho a la individuación, es decir, su derecho a tener su espacio y no tener que cederlo ni al otro ni a la pareja como concepto”.
Este conflicto no resuelto se reproduce constantemente en discusiones banales que van erosionando la relación. La confianza, la intimidad y el reconocimiento mutuo dejan paso al reproche. Un ejemplo cinematográfico que ilustra hasta dónde pueden llegar este tipo de relaciones es “Quién teme a Virgina Wolf”. Las constantes discusiones de la pareja interpretada por Taylor y Burton muestran la falta de intimidad de los protagonistas y su miedo a la soledad. Lo único que les relaciona es la discusión, de tal manera que “si discutimos es que mantenemos una relación, que hay algo entre nosotros”. Así, la rivalidad está al servicio de preservar la ilusión de conectar con otro ser humano.
Cuando, por el contrario, las parejas son capaces de negociar sus metas sin estancarse en las posiciones de poder, cada uno de sus miembros crece, al mismo tiempo que lo hace la relación concebida como una entidad en sí misma. La relación se fortalece, cada miembro de la pareja descubre aspectos de sí mismo desconocidos hasta el momento y la pareja constituye un lugar seguro donde crecer y afrontar las adversidades
Fuente :Celia Arroyo .Instituto palacios

La mujer maltratada, el síndrome

El síndrome de la mujer maltratada, definido por Walker y Dutton se define como una adaptación a la situación aversiva caracterizada por el incremento de la habilidad de la persona para afrontar los estímulos adversos y minimizar el dolor, además de presentar distorsiones cognitivas, como la minimización, negación o disociación; por el cambio en la forma de verse a sí mismas, a los demás y al mundo. También pueden desarrollar los síntomas del trastorno de estrés postraumático, sentimientos depresivos, de rabia,  baja autoestima, culpa y rencor; y suelen presentar problemas somáticos, disfunciones sexuales, conductas adictivas y dificultades en sus relaciones personales.
Enrique Echeburúa  y Paz del Corral equiparan estos efectos al trastorno de estrés postraumático, cuyos síntomas y características, sin duda, aparecen en algunas de estas mujeres: re-experimentación del suceso traumático, evitación de situaciones asociadas al maltrato y aumento de la activación. Estas mujeres tienen dificultades para dormir con pesadillas en las que reviven lo pasado, están continuamente alerta, hipervigilantes, irritables y con problemas de concentración.
Además, el alto nivel de ansiedad genera problemas de salud y alteraciones psicosomáticas, y pueden aparecer problemas depresivos importantes.

Desarrollo del síndrome de la mujer maltratada

Marie-France Hirigoyen  diferencia entre dos fases en las consecuencias, las que se producen en la fase de dominio y a largo plazo.
En la primera fase, la mujer está confusa y desorientada, llegando a renunciar a su propia identidad y atribuyendo al agresor aspectos positivos que la ayudan a negar la realidad. Se encuentran agotadas por la falta de sentido que el agresor impone en su vida, sin poder comprender lo que sucede, solas y aisladas de su entorno familiar y social y en constante tensión ante cualquier respuesta agresiva de su pareja. 
Marie-France Hirigoyen habla de consecuencias a largo plazo refiriéndose a las etapas por las que pasan las víctimas a partir del momento en que se dan cuenta del tipo de relación en la que están inmersas. Durante esta fase, las mujeres pasan un choque inicial en el que se sienten heridas, estafadas y avergonzadas, además de encontrarse apáticas, cansadas y sin interés por nada.

TRATAMIENTO

En muchas ocasiones es necesaria una intervención previa, que la mujer pase por un período de reflexión y quizá varios intentos de salir de esa relación violenta, con ayuda terapéutica o sin ella, hasta que tome la decisión definitiva. A partir de entonces, el apoyo psicológico se centrará en varios aspectos, valorando previamente las necesidades y demandas individuales de cada paciente.
Deberemos evaluar cuáles han sido las secuelas concretas que ha dejado la situación vivida en esa persona, y graduarlas para establecer un orden para el tratamiento.
Algunas de las intervenciones más habituales y básicas para su recuperación serían:
  • Información sobre la violencia de género, causas y origen, mitos, etc.
  • Reducción de la activación y la ansiedad en las formas en que se manifieste (insomnio, agorafobia, crisis de pánico, etc).
  • Fomento de la autonomía, tanto a un nivel puramente psicológico, a través de un cambio de ideas distorsionadas sobre sí misma y el mundo, como a nivel social, económico, etc, orientándola en la búsqueda de empleo, recuperando apoyos sociales y familiares,…

PREVENCIÓN

El principal camino para acabar con la violencia de género es la prevención. Esto incluye, por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Estos cambios deben partir de las personas adultas con el objetivo de que se transmitan eficazmente a niños y niñas.
Además, tu puedes prevenir y evitar implicarte en una relación que puede llegar a ser violenta:
·    En primer lugar, detectar manipulaciones, aproximaciones no solicitadas, desconfiar de promesas que no tienen sentido en un momento de la relación, tener claro que decir que “no” a algo no es negociable, alejarse cuando esa persona que se te acerca tratando de hacerte ver que tenéis mucho en común o que le debes algo. Para todo esto es muy importante confiar en tu intuición, en las sensaciones de desasosiego que te producen. Cuando conoces a alguien le evalúas igualmente, valoras si esa persona encaja contigo; solo es importante que a partir de ahora incluyas también estos puntos si quieres prevenir encontrarte en una relación violenta. Valora sus ideas sexistas, cómo fueron sus relaciones anteriores (si rompió él o no, cómo habla de ellas…), etc.
·    Además, valora tus propias ideas respecto al amor y la pareja, el papel de la mujer en la misma, a qué se debe renunciar por amor.., etc.
·    Y ante todo, conociéndote a ti misma y teniendo claros tus valores. Si los valores de la otra persona entran en conflicto con los tuyos, debes saber reconocerlo y no aceptar en ningún caso renunciar a aquello que es importante para ti.

RECURSOS:

Instituto de la Mujer – www.mtas.es/mujer
Dirección General de la Mujer – www.madrid.org
Instituto Andaluz de la Mujer – www.junta-andalucia.es/iam
Instituto Vasco de la Mujer – www.emakunde.es
Instituto Canario de la Mujer – www.icmujer.org
Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas – www.separadasydivorciadas.org
Fundación Mujeres – www.fundacionmujeres.org
Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres – www.malostratos.org
Recursos en diferentes provincias españolas: http://www.malostratos.org/cindoc/140%20cindoc%20recursos.htm


Fuente: Psicoterapeutas.com

La ruptura amorosa,cómo superarla

"Si no se rompe, ¿cómo logrará abrirse tu corazón?" Khalil Gibran, (escritor libanés).
   Cuando se produce la ruptura
1.- Entender la importancia de aceptar el fin de la relación.

2.- Conocer los problemas que pueden impedir la recuperación.

3.- Saber qué hacer. 


¿Tu pareja se ha ido y te sientes triste, apátic@, deprimid@ y/o enojad@? ¿tus pensamientos son negativos y te cuesta trabajo concentrarte? ¿Sientes un vacío que crees que sólo el regreso de tu ex pareja puede llenar? ¿Vives pidiendo y esperando que regrese porque sin él o ella no puedes ser feliz?
Según Silvia Rissek, el primer paso para empezar una buena recuperación es aceptar que la relación se terminó.
¿Qué quiere decir aceptar?
Aceptar quiere decir reconocer, tanto con la mente como con el corazón, que la relación se termino y que no hay posibilidad de que nuestra pareja regrese.  Es estar conscientes de que cuando nuestra ex pareja nos aseguró que ya no nos ama, que ya no quiere vivir con nosotros o que tiene otra relación, lo dijo en serio y la relación ya se acabó.
Mientras no lo aceptamos y de alguna manera, muy dentro de nosotros, sigamos  pensando o esperando que en algún momento llegue a cambiar de opinión y regrese, no vamos a poder salir adelante. Además una cosa es incuestionable: No por no aceptar una realidad, ésta va a cambiar.
Aceptar la realidad es saber que lo que es, es, nos guste o no nos guste.
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Problemas que impiden la recuperación.

Algunos de los problemas que nos pueden impedir superar una ruptura amorosa son:
1.- Creer, equivocadamente, que no podemos hacer nada para sentirnos mejor, mientras estemos sufriendo o mientras amemos a nuestra ex pareja.
Pensar así es un error. Tanto el amor como el sufrimiento que sentimos pueden durar mucho tiempo, pero a pesar de dichos sentimientos, desde un principio debemos tener el deseo de estar bien y estar dispuestos a hacer todo lo necesario para lograrlo.
2.- Idealizar a nuestra ex pareja.
Con frecuencia, dejamos de prestarle atención a todos los aspectos negativos de nuestra expareja y/o de la relación que tuvimos con ella y sólo recordamos y en ocasiones aumentamos, sus cualidades y los momentos felices que pasamos juntos. Cuando esto sucede, obviamente nos es difícil dejar ir algo tan “maravilloso”.
3.- Culparnos exclusivamente de lo sucedido, sin tener en cuenta que la separación es el resultado de diferentes elementos, en donde el principal es un cambio en los sentimientos, valores, pensamientos y/o percepción de nuestra ex pareja.
En estos casos vivimos tan centrados en el sentimiento de culpa, que no le prestamos atención a nada más y por lo tanto no vemos opciones de mejoría.
4.- Pensar que si nosotros cambiamos en nuestra manera de ser, nuestra pareja va a regresar o nos va a volver a amar.
En estos casos tendemos a exagerar todos nuestros aspectos negativos y nuestra conducta está determinada por las ideas de “si yo cambio”, “si yo hago…”, “si yo no vuelvo a…”. etc., como si nosotros pudiéramos tener el control de la situación. Pensar así, nos genera una gran carga y una aparente sensación de esperanza que dificulta la recuperación y que casi siempre no tiene razón de ser, además de que nuestra autoestima disminuye de manera importante


1.- Si tu pareja ya tomó la decisión y te dijo que ésta es final, no sigas presionándola y persiguiéndola, si ella ya está convencida no vas a lograr nada, más que sentirte peor.

2.- Aunque no tengas ganas de salir, de ver a tus amigos o de conocer gente nueva, hazlo. Muy probablemente al principio te vas a tener que obligar, pero poco a poco vas a empezar a disfrutar y a medida que lo hagas vas a pensar menos en tu ex pareja y a verla de una manera diferente. Pero para ello necesitas 3 cosas:

a) Obligarte a salir, aunque no tengas ganas.

b) No hablar constantemente de tu ex pareja y pedirle a tus amigos que tampoco lo hagan

c) darte permiso para divertirte, porque te lo mereces.

No evites salir de tu casa por creer que te van a compadecer o que te van a estar preguntando sobre lo sucedido.

Respecto a lo que piense o sienta la gente, tú no puedes hacer nada, salgas o no salgas de tu casa, pero casi todos hemos sido rechazados por alguien en algún momento de nuestra vida y todos lo superamos y si te preguntan o hablan sobre lo sucedido y tú no quieres hablar al respecto, con que simplemente les digas “no deseo hablar al respecto” es suficiente.

3.- Necesitas expresar lo que sientes y lo que te está pasando. Puedes hacerlo de 2 formas:

a) Elige 1 o 2 personas en quienes confíes, que te escuchen con respeto, no te compadezcan y no aumenten tu coraje y con quienes puedas hablar, en algunas ocasiones.

b) Escribiendo un diario o unas cartas a alguien a quien quieres mucho y en quien confíen, aunque ya no viva, cartas que no vas a mandar, puedas guardarlas o romperlas después de escribirlas.

4.-Toma parte en las actividades que antes hacías, aunque de momento te sientas sin ánimo y haz aquellas cosas que alguna vez pensaste que te gustaría hacer, aunque en un principio te tengas que obligar. Recuerda que es importante que estés activo una parte del tiempo y que trates de distraerte.

Aprovecha ahora que estás solo, para hacer aquello que te gusta y no podías hacer por falta de tiempo o porque no le gustaba a tu ex pareja.

5.- Si tu ex pareja está saliendo o viviendo con otra persona, nunca te compares con ella. Esa persona no es mejor que tú, simplemente es diferente y los gustos, necesidades, expectativas y valores de tu pareja, en estos momentos, son distintos a los que tenía cuando empezó su relación contigo. En ese entonces, para su forma de ser de ese momento, tú eras él o la adecuad@, pero para cómo se siente y lo que quiere ahora, tu ex pareja piensa que ya no lo eres