jueves, 6 de agosto de 2015

neurobiología del deseo y del placer

Todas utilizan la dopamina como principal neurotransmisor. Algo importante de destacar es que cuanto más altos son los niveles de dopamina liberada en esta red neural, mayor será el nivel de motivación que un ser vivo tendrá para alcanzar su objetivo. Por lo contrario, si los niveles de dopamina liberada son bajos, o muy bajos, se presenta poco o casi ningún grado de motivación, deteniendo la acción ante el menor obstáculo. Por lo tanto, en la actualidad, la dopamina se considera sumamente relacionada con el grado de deseo y motivación alcanzado.
Aquí podría comenzar a encontrarse una explicación a la causa del porqué una droga que ya no produce placer a un adicto (anhedonia), sin embargo aún lleva a ésta persona a sentir una necesidad imperiosa de consumirla. La capacidad de sentir placer está relacionada, según los estudios Morten L. Kringelbach, de la Universidad de Oxford, y de Kent C. Berridge, de la Universidad de Michigan, con los denominados centros hedónicos, formados por áreas del núcleo accumbens y del pálido ventral (un área cercana a la base del prosencéfalo que recibe sus aferencias del núcleo accumbens). Ambas estructuras están ampliamente conectadas entre sí y, además, con otras zonas cerebrales, para conformar un poderoso circuito de placer. En los centros hedónicos, uno de los neurotransmisores que se libera ante un estímulo placentero, por ejemplo el olor o la visión de un chocolate, es la encefalina, que coopera, a su vez, para que se pueda liberar otro neurotransmisor en las neuronas postsinápticas vecinas, la anandamida. Al difundirse este nuevo neurotransmisor desde su lugar de liberación, interacciona con receptores ubicados en la primera neurona que había liberado encefalinas aumentando la liberación de éstas. Creándose así un ciclo de retroalimentación positivo que permite intensificar el placer percibido. Las encefalinas y endorfinas, que son péptidos opioides endógenos ubicados en el cerebro, también se producen en la glándula pituitaria y son liberados como hormonas. Tienen acción analgésica y gran afinidad con los receptores de la morfina; regulan el dolor y la nocicepción corporal. El término opioide se utiliza para designar aquellas sustancias endógenas o exógenas que tiene un efecto análogo al de la morfina y poseen actividad intrínseca.

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